“Hoy no están todas nuestras voces juntas porque desde la tumba no se grita”
El Día Internacional de la Mujer nos invita a reflexionar sobre los avances y desafíos en la lucha por la igualdad de género. Sin embargo, en México, esta conmemoración se tiñe de dolor y preocupación. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador enfrenta una realidad cruda y urgente: 4,817 feminicidios registrados desde el inicio de su mandato hasta enero de 2024, según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
A pesar de las declaraciones gubernamentales que se autodenominan como feministas, la violencia contra las mujeres persiste. Durante los últimos tres años del sexenio anterior, se reportaron 2,242 feminicidios, una cifra que casi se igualó en los años 2022 y 2023, con 1,940 crímenes de este tipo.
El año 2021 fue especialmente trágico, con 981 feminicidios registrados. En 2019, las autoridades reportaron 944 carpetas de investigación por este delito, y en 2020, la cifra fue de 947. Estas cifras no son solo números; representan vidas truncadas, familias destrozadas y una sociedad que debe enfrentar su propia violencia de género.
Los estados más afectados por este grave problema son Estado de México, Jalisco, Veracruz y Nuevo León. A pesar de las afirmaciones del presidente López Obrador sobre la reducción de feminicidios desde su llegada al poder, la representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz Luque, señaló que no ha habido una disminución significativa en la violencia machista durante los últimos seis años.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2021 reveló que el 70.1% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años han experimentado al menos una situación de violencia. Esta estadística lamentablemente se ha mantenido constante a lo largo de los años, recordándonos que la lucha por la igualdad y la seguridad de todas las mujeres es una tarea urgente y colectiva.
El 8 de marzo no solo es un día de flores y felicitaciones, sino un grito de dolor y lucha. Las mujeres merecen vivir sin miedo, sin violencia y con igualdad de oportunidades. Como sociedad, debemos unirnos para erradicar el feminicidio y construir un México más seguro y justo para todas. Es hora de convertir la indignación en acción y proteger la vida de nuestras hijas, hermanas y madres.
“Todas las madres merecen ver a sus hijas volver”
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